Si la semana pasada el tema del cántico a Rubén Castro centró todas las noticias que sacaban los medios deportivos, fueran de la ciudad de Sevilla o no, creo que esta semana se debe presentar diferente. Se debería empezar a hablar de un tema mucho más importante para el devenir deportivo del equipo. Lo otro ya está denunciado, y aquellos que tienen un poco de criterio saben que no deben generalizar con toda la afición bética. Terminemos con ello y empecemos a hablar de fútbol. O mejor dicho, empecemos a hablar del no-fútbol que practica el Betis de Pepe Mel.
La vuelta de Mel contentó a muchos, pero su trayectoria hasta ahora contenta a pocos. Es cierto que el equipo sigue invicto y que lleva 13 partidos sin perder (4 con Merino y 9 con Mel), pero esto le parecerá bueno a aquellos que no sigan los partidos y solo vean los números. El que haya visto encuentros como los se jugaron en Albacete, Soria o Miranda de Ebro sabe que algo no va como debe de ir.
Y éste último, el Mirandés-Betis, es el que ha dejado claro que no todas las crisis implican una racha negativa. El equipo verdiblanco suma puntos, pero no juega a nada. El domingo vimos como el Mirandés fue el dueño del partido y el único equipo sobre el campo que tuvo posibilidades de llevarse la victoria. El Mirandés. Razak, el portero del conjunto burgalés no tenía un partido tan tranquilo desde sus tiempos en el filial bético. Ninguna ocasión clara en 90 minutos de juego. Ninguna.
Quizás tenga algo que ver el mal momento que está pasando Rubén Castro, el jugador más determinante de este equipo. Y no me refiero a los temas extradeportivos con los que empezaba este artículo. Hablo de lo lento, desafortunado y poco participativo que está el canario desde hace varios partidos. No parece el mismo que lideraba la clasificación de máximo goleador que ya no lidera.
Por su parte, Pepe Mel sigue buscando su sistema de juego ideal. Lo que al principio parecía una apuesta por el fútbol por bandas, con Pacheco y Kadir, ahora prefiere poner ahí a Ceballos y Portillo para jugar más por el centro. Mientras tanto, Ceballos sigue probando diferentes puestos sin quedarse fijo en ninguno. Sin nada claro.
Así pues, es el momento de hablar de fútbol. Preguntarse qué clase de juego practica el Betis de Pepe Mel y dejar de hablar de un cántico que bastante daño nos ha hecho ya en cuanto a imagen.
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