El año pasado, cuando el equipo estaba desahuciado y en caída libre hacia la Liga Adelante, muchas eran las voces que decían: “bueno, el año que viene nos paseamos por segunda y subimos seguro”. Ahora es cuando yo me acuerdo de esos béticos y de cómo tienen que tener las uñas comidas de los nervios.
Y todo por partidos como el de la pasada jornada frente al Mirandés, partidos que se están volviendo costumbre ya que son varias las salidas en muy poco espacio de tiempo en el que el Betis juega a lo mismo, a nada. Alcorcón, Soria o Albacete son claros ejemplos de lo que digo.
Analizando por encima al equipo, destacaría la solidez de la defensa exceptuando el lateral derecho, quienes contuvieron las puntuales arremetidas locales. Una pena no poder contar con Bruno para el trascendental partido de vuelta frente al Valladolid, debido a las dos amarillas que vio. Con un centro del campo más de contención que de creatividad, no llegaron a contactar con los futbolistas llamados a dar “sentido” al juego, ya que ni Dani Ceballos, ni Portillo, ni Fabián en su posterior inclusión, entraron apenas en juego. Y diciendo que la delantera formada por Rennella y Rubén Castro, si no hubiesen jugado no habría pasado nada, terminaría mi mini-análisis del partido del Betis.
Cuatro conclusiones se podrían sacar tras este encuentro. Por un lado se hace patente la “Molina-dependencia” del equipo, ya que el delantero de Alcoy ha sido un destacado en los últimos encuentros del equipo verdiblanco y parece ser una pieza fundamental en el actual equipo. Por otro lado, Rubén Castro atraviesa su peor racha de minutos sin marcar en lo que va de temporada, puede ser que le estén afectando los acontecimientos extradeportivos. Como tercera conclusión y única noticia positiva de la jornada para los béticos sería el debut del delantero Álex Alegría, goleador en el filial y esperemos que del primer equipo en el futuro. Por último destacar que con el disputado en el Municipal de Anduva el Betis suma 13 partidos sin perder, más concretamente desde la jornada 14 frente al Deportivo Alavés. Y eso solo le ha bastado para ser quinto en la clasificación.
En definitiva, otra oportunidad de oro pérdida para encaramarnos en los más alto de la tabla y lo más preocupante de todo, que el Betis no encuentra una idea, un juego con el que sentirse identificado y eso para una entidad de más de 37.000 socios y en segunda es para encender las alarmas. Que conste y “me voy a tirar a la piscina” de que mi pensamiento sigue firme y creo que el Betis sube a primera en la presente temporada, pero si algo tengo claro es que el bético no se merece que su equipo se arrastre por campos en los que todos espectadores cabrían en la parte baja de cualquiera de las gradas del Benito Villamarín – sin querer menospreciar el Mirandés – y mucho menos las excusas baratas, porque si de algo está harto el bético es de que le pidan perdón constantemente.
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