El Betis empieza a sentirse como el 'conejillo de indias' de la batalla emprendida por la LFP y el CSD contra los cánticos intolerantes en los estadios de fútbol. Calificando como "repugnantes" los cánticos de varios seguidores insultando a la expareja de Rubén Castro, no está dispuesto a que los derechos de la gran mayoría de los aficionados del Gol Sur se vean perjudicados. Y, mucho menos, admitir posibles irregularidades en el proceso.
Su presidente, Juan Carlos Ollero, ya lo anunció el miércoles por la noche: el Betis se defenderá mientras le quede una mínima opción y se basará, además, en determinadas circunstancias que podrían dejar en mal lugar a Antiviolencia por las formas empleadas para proponer el cierre parcial.
El vídeo de la discordia es un montaje de un aficionado
El origen de la polémica no está en lo vivido el sábado en el Benito Villamarín sino en la aparición de un vídeo que deletrea las frases de una canción que lleva pasando inadvertida desde hace mucho tiempo por falta de comprensión. Su discurrir por las redes sociales provocó la repulsa de diferentes colectivos y personas representantivas. De ahí que Antiviolencia incluso adelantara su reunión para tratar el asunto.
Sin embargo se da la circunstancia de que el audio del vídeo no se corresponde con el momento de la imagen, puesto que se ve claramente cómo en el videomarcador aparece la letra del himno bético que cantan sus aficionados a capela antes de los partidos. Difícilmente se podría haber escuchado, y menos con esa nitidez, a una minoría con otra entonación.
Ni la Policía ni el árbitro lo recogen en sus informes
En el Betis se entiende la presunción de veracidad que también tiene el colegiado del encuentro en su acta, así como la del informe que la Policía realiza después de cada encuentro. Tampoco figuran esos cánticos en el informe presentado por la empresa de seguridad de la entidad.
Es decir, solo el director de partido de la LFP reseñó el suceso en su informe, presentado el martes. Es decir, más de 48 horas después del encuentro y con la polémica ya destada a nivel nacional tras el mencionado vídeo montaje de un aficionado.
Tras la Ponferradina no se reflejaron los cánticos
Tampoco se comprende en el Villamarín que este martes el informe del representante de la LFP no solo mencionara los cánticos en referencia al partido ante el Girona sino también hiciera alusión a la aparición de los mismos 15 días atrás, durante el encuentro ante la Ponferradina.
Si en aquel informe ni la Policía, ni el árbitro, ni la seguridad, ni siquiera la LFP denunciaron el asunto, ¿por qué ahora? Se entiende que el famoso vídeo que también muestra los cánticos de aquel día es el culpable.
Antiviolencia exige al Betis un control fuera de su ámbito
Por último, Ollero dejó en entredicho el conocimiento de la Comisión sobre el funcionamiento del sistema de cámaras de seguridad de los estadios. Esta exige al Betis en su resolución que repase todos los partidos de esta temporada para detectar la posible reincidencia de dichos cánticos.
Esas imágenes las tiene la UCO, nunca el club, y además no contienen audio, por lo que sería imposible detectar cántico alguno para el club. Por todo ello, la entidad siente indefensión y una clara precipitación en la propuesta de Antiviolencia.
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