La victoria del Betis ante el Girona fue alivio. Para la afición, para Pepe Mel y para los jugadores. Iban once jornadas seguidas sin perder, pero también tres consecutivas empatando, de modo que volver a sumar de tres en tres era la obsesión de todos. Y se consiguió. Se cortó la sequía de triunfos y se aumentó la dinámica sin conocer la derrota, lo que le sirvió al Betis para acabar la jornada colocado en tercera a posición, a dos puntos tanto del segundo como del primero. El equipo, además, volvió a desplegar un buen juego, por lo que casi todos los análisis que se pueden hacer del encuentro son positivos, más si cabe porque se trataba de un rival directo. Ahora toca hacer lo mismo fuera de casa, donde el Betis no gana desde el 18 de enero, cuando se impuso al Sporting de Gijón.
El Betis viaja a Miranda de Ebro para medirse el domingo a las 18.15 al Mirandés, que se encuentra colocado en la mitad de la tabla. Los de Pepe Mel han dado siempre la cara ante los rivales directos, pero viene pinchando ante conjuntos que no juegan por el ascenso directo. Tras la victoria del Betis en Gijón, luego han llegado dos empates consecutivos como visitante que han dejado un sabor muy agridulce. El cuadro bético visitó al Numancia en Soria y no pudo pasar del 1-1, y luego le ocurrió lo mismo en Albacete, aunque en aquella ocasión el marcador fue de 0-0. El Betis puede ahora dar un nuevo golpe en la mesa, acabando de raíz con la sequía fuera de casa y aumentando las jornadas sin perder, que pasarían a ser trece. Y todo, justo antes del tramo más complicado de la competición, ya que los dos próximos partidos serán ante el Valladolid y Las Palmas.
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