En los últimos años, el Betis se había convertido en un club modélico en el control de sus ultras. Felicitado por la UEFA, LFP y diferentes autoridades, así como premiado en 2014 por tener la mejor afición de España, el club de Heliópolis comprobaba cómo sus iniciativas para hacer del Villamarín un estadio familiar y acogedor tenían buen eco.
De hecho, el Betis lleva años sin ser multado por incidentes en la grada de Gol Sur, en la que se ubican sus ultras. Ni por bengalas, lanzamientos o pancartas con mensajes xenófobos o que incitasen a la violencia, las causas más recurrentes de infracciones en los estadios españoles (llamó la atención, eso sí, que en diciembre de 2014 se entonaran cánticos a favor del Frente Atlético desde la grada de Gol Sur tras la muerte del seguidor del Deportivo en Madrid Río, algo que fue censurado por el resto del campo de inmediato).
Además, se potenció el hermanamiento entre aficiones, como ha sucedido en los desplazamientos más recientes a Gijón y Albacete y el club activó la grada de animación «Gol Sur Miki Roqué» con el objeto de darle homogeneidad a esta zona del campo que era la referencia en el apoyo al equipo en cada partido, además de impulsar una normativa propia (firmada por sus integrantes) para este Gol Sur y facilitando que los socios de esta zona, ya que no se venden entradas, muestren insignias sólo de carácter deportivo. De hecho, en las últimas semanas el Betis había hecho especial hincapié en la revisión de las bufandas con las que entraban sus hinchas para cambiar las que tuvieran algún mensaje ofensivo (a otras aficiones, por ejemplo) por otras que simplemente animaran al equipo verdiblanco.
Y todo ello en un esfuerzo grande de la entidad por evitar ser vinculado a desagradables incidentes que ahora se ha venido abajo por los intolerables cánticos que incitan a la violencia machista proferidos desde esa misma zona, Gol Sur, en los dos últimos encuentros del Betis y que han alcanzado repercusión nacional y puede acarrear una sanción realmente grave.
La preocupación del Betis en el trato con los ultras viene de lejos. Con la llegada del consejo de administración judicializado en diciembre de 2010 se buscó reorientar esta zona para evitar involucrar al Betis con hechos desagradables. Incluso se planteó un curso para educar a los ultras, algo que se desechó finalmente. También desde el club se condenó enérgicamente la presencia de los ultras durante un entrenamiento de la temporada pasada, cuando fueron recibidos en el césped por Mel y los capitanes del equipo.