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EL CONTINUO ESTADO DE ANSIEDAD DEL BETICISMO.

Estamos en un punto en el que la gran mayoría del Beticismo se ha asentado en el ‘si no estás conmigo, estás contra mí‘ en el que somos melistas o antimelistas y en muchos casos, nos olvidamos que sobre todo cualquier otra cosa somos y debemos ser del Betis y luego… otra vez del Betis. La situación llega incluso a provocar que a veces no sepamos si compartir lo que nuestro compañero de asiento aplaude o pitarlo y al revés. Si nos viese un médico, posiblemente su diagnóstico seria un trastorno de ansiedad generalizada, somos incapaces de relajarnos, y es que la situación tampoco favorece a que lo hagamos.

El eterno caso contra Manuel Ruíz de Lopera, al no cerrarse deja al club sin líderes reales en una especie de democracia sometida a vigilancia controlada por un administrador judicial que no pertenece al club ni conocía al Real Betis Balompié antes de que le nombrasen y que, sin embargo, tiene el poder de decidir que se hace o deshace en la entidad, una persona totalmente distinta a su antecesor en cuanto a presencia visible para el aficionado, el primero buscaba el foco mientras que el segundo parece no estar, unas estructuras que se montan y desmontan.

Cuatro presidentes, cuatro consejos, dos directores técnicos y sus respectivas configuraciones de secretaría técnica, cinco entrenadores y cinco cambios de entrenador -y es que Pepe Mel ha hecho doblete- ¡y eso sin contar la cantera! y no olvidemos, que además de todos los condicionantes que provoca toda esta inestabilidad estamos inmersos en un concurso de acreedores, en una fase en la que como se deba lo mas mínimo y no se pague puede suponer la extinción.

En lo deportivo, la Liga Adelante está mas apretada que nunca, el primer clasificado saca dos puntos al segundo, tercer y cuarto y el quinto -que somos nosotros- está a otros dos de ellos. Todo puede ocurrir. Lograr el ascenso directo, lo que consiguen los dos primeros, o tener que jugar playoff de ascenso entre los cuatro siguientes y del que asciende un tercero.

Los resultados no son los que queremos y es que no nos vale otra cosa que no sea el ascenso directo, las sensaciones no son agradables y en parte provocan sensación de déjà vu, y para más inri en los dos últimos partidos los arbitrajes nos han despojado de cuatro puntos dejando un halo de Rubéndependencia en un momento que coincide con una situación complicada en lo personal para el jugador. Para finalizar, reproduzco unas palabras de mi compañero Miguel Verdugo que comparto en su totalidad y que definen todo esto de forma inmejorable…

El Betis lleva tiempo siendo la suma infinita de incongruencias. Las divisiones se suceden, las diatribas se multiplican, y la parcialidad se impone. El bucle de lo absurdo es aplastante: Se coreaba el nombre de Mel, y cuando llega su figura es menos estable que nunca; se criticaba el fútbol de Velázquez pero se permitía el calco fubolístico de Merino, se solicitaba un fútbol distinto al que proponían por igual ellos dos pero se critica a Mel por ser valiente; defienden a Mel los que dudaban de Velázquez con los mismos resultados; defienden de sus planteamientos a Merino los que no perdonan ninguno a cualquier otro; solicitan ganar todos los partidos los que dicen que el Betis no tiene plantilla para ascender; negaban paciencia los que lamentaban la falta de ella con Mel la anterior temporada…

Así hasta colindar con la memez.

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Web creada por: @DanielCabezasR y @davidvilla9721 (Twitter)

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